Todo profesional sabe que existen ciertas líneas que deben cruzarse si queremos lograr nuestro objetivo, pero en muchas ocasiones las malas tácticas a fin de conseguir una venta precipitada pueden jugarnos malas pasadas. En Adaix os planteamos una serie de advertencias para que no haya una mala práctica que arruine vuestra transacción:
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No debemos responder a objeciones que no hayan sido sugeridas por el cliente, ya que probablemente para él no sean relevantes o no las haya percibido del mismo modo. Por otro lado debemos preparar nuestras respuestas de forma positiva, sin adelantarnos a las preguntas del interesado.
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Esperar que el interesado sea quien realice el siguiente movimiento, suele constituir un error. siguiente paso es un error, ese es nuestro trabajo, debemos atenderle e intentar siempre dejar la situación preparada para dar el siguiente paso, como llamar o ponerse en contacto de nuevo. Siempre se debe llevar un seguimiento del cliente.
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No se debe fingir intimidad con el cliente. Siempre se debe mantener una distancia prudente y de respeto entre profesional y cliente, ser agradable y amable.
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La propuesta siempre debe llegar detrás de un proceso de información completo, hacer una propuesta lleva tiempo y esfuerzo, por lo general es una mala inversión a menos que tengas la información de primera mano sobre la venta. Solo se debe hacer cuando estas completamente seguro del interés real de la otra persona.
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Se debe escuchar atentamente y dejar hablar, exponer tus argumentos pero sin prisa y siempre dejando que el interesado se exprese libremente.
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Nunca tomar el cierre del proceso como el final de este, pues después de la venta debemos seguir atentos se trata de mantener el cliente no de conseguirlo y luego dejarlo.
Todo profesional conoce su campo de trabajo y debe adaptarse a lo que el interesado le pide, pero debemos ser profesionales serios y siempre mantener una imagen agradable y simpática hacia nuestros clientes.