No respetar tus «Ciclos de Sueño»
Dormir bien es crucial para optimizar tu productividad, esto no consiste simplemente en cumplir de forma reglamentaria con las 8 horas diarias, sino que debemos tomar en cuenta nuestros ciclos de sueño y no interrumpirlos. Cada ciclo dura 90 minutos, y si nuestra alarma los interrumpe podemos dañar nuestros niveles de energía durante el resto del día. Para solucionarlo existe una aplicación llamada Sleep Cycle, que te ayudará a respetar los ciclos para levantarte de la cama llena de energía.
Escuchar música mientras trabajas
Si estás trabajando en algo que requiera adquirir, procesar o elaborar información, los estudios revelan que por lo general la música puede tener un impacto negativo. Por otro lado, si no pudieras soportar el silencio siempre existe la posibilidad de probar con un generador de sonido de ambiente.
Multitasking
Vivimos en una sociedad en que la «multitarea» está a la orden del día, sin embargo varias investigaciones demuestran que no se consiguen buenos resultados cuando intentamos sacar varias tareas al momento, por lo que es preferible ir de una a una para lograr los resultados que esperamos.
Elaborar una lista de quehaceres diarios excesivamente larga
Sé realista sobre lo que puedes terminar de hacer en un día. Cuanto mayor sea el número de tareas imposibles, mayor será tu nivel de decepción al final del día, porque no se puede competir ante metas inabarcables desde un punto de vista objetivo.
Desayuno inexistente o insuficiente
La energía con la que comiences el día determinará en gran medida tu propia eficiencia, de modo que saltarse el desarrollo es uno de los peores errores que puede cometerse, ya que partirás de cero para poner en marcha el engranaje. Por otro lado optar por alimentos excesivamente azucarados o industriales puede llegar a afectar de igual manera, ya que el exceso de azúcar provocará que no te sientas satisfecho y busques saciar tu apetito de cualquier manera y en cualquier momento. Por lo que es preciso optar por un desayuno equilibrado para mantener constantes tus niveles de energía.
El móvil con sonido
¿Cómo te vas a concentrar si tu teléfono está sonando constantemente con mensajes o notificaciones de Facebook? Lo más recomendable, siempre y cuando no precises su utilización profesional en ese momento, es ponerlo en off o desconectarlo, así mantendrás toda tu atención en aquello que realmente lo requiere.
Prioridades equivocadas.
No empieces por lo más sencillo o menos costoso, es preferible comenzar con la tarea más importante/grande de tu lista. Una vez completada, sentirás que «te has quitado un peso de encima» y este alivio contribuirá a mejorar la productividad en el resto de tus tareas.
El desorden
Todo el mundo sabe que cuando de concentración se trata, ‘una casa ordenada es una mente ordenada’. Si el entorno en el que desempeñamos nuestra tarea está sucio, el desorden captará parte de nuestra atención, por lo que tu eficiencia se verá reducida. Además es necesario llevar un control de las tareas realizadas y las pendientes, el orden en el trabajo también potenciará nuestra productividad.
Decír Sí a todo
Aceptar toda tarea que se nos solicita no siempre nos convierte en más útiles, no puedes hacerlo todo… cuanto mayor sea el número de tareas a realizar menor será el número de ellas que logres completar. Esto provocará que te sientas MENOS productiva, incluso aunque hayas realizado un número considerable.
Olvidarte de los tiempos muertos y la diversión
Programar un poco de diversión o relajación fuera de tu lista de tareas es crucial para cargar pilas e incrementar tu motivación. Una vez hayas desconectado, sentirás mayor predisposición a cumplirlas que después de haber aguantado durante cinco horas seguidas frente a un ordenador.