Sólo una cuarta parte de las viviendas que actualmente cambian de propietario en España llega a manos de las familias españolas. El restante 75% acaba en las carteras de los fondos de inversión y siendo adquiridas por particulares extranjeros.
El mercado se está reactivando, sin embargo, en términos generales los precios están en el punto más bajo de la curva. Esta oportunidad está siendo aprovechada por grandes fondos de inversión que «están comprando al por mayor», en opinión de Jesús Duque, actual vicepresidente de una franquicia inmobiliaria española, y por particulares extranjeros, -en algunos casos pensionistas europeos y en otros personas interesadas en obtener la residencia en España-.
«En las oficinas entran muchas personas que optan por alquilar, frente a la compra, a causa de su precariedad laboral. No se trata de parados si no de trabajadores sin estabilidad laboral», afirma Duque.
En este sentido, el 70% de los clientes que entran en una oficina se decantan por el alquiler. En la gran mayoría de los casos son personas con trabajo, que incluso podrían optar a financiación, pero queobservan el futuro con incertidumbre y deciden no dar un paso de tal importancia.
En cuanto al perfil del comprador un 10% se trata de propietarios que buscan viviendas de más de 500.000 euros, con gran solvencia económica. En el extremo opuesto, apunta que están las personas que buscan propiedades económicas -en torno a los 150.000 euros- tanto como inversión como para vivir. El rango intermedio es en el que existe menos actividad.
«El daño social es doble», advierte Duque. Por un lado, «los propietarios que necesitan vender, deben hacerlo asumiendo una importante caída de precios». Y por otro lado, «los fondos ya están empezando a generar unas importantes salidas de capital del país»
Fuente: El Mundo