Las rebajas en el precio de la vivienda que se están sucediendo a lo largo de estos últimos años ha provocado que las empresas vuelvan a invertir en propiedades, a fin de obtener futuras retribuciones y como una forma de asegurar el capital.
A pesar de que las compra de propiedades como primera residencia se ha reducido considerablemente, dadas las dificultades de acceso a los préstamos hipotecarios motivadas por la inestabilidad laboral del panorama nacional. Cabe destacar la existencia de algunos sectores que confían en la adquisición de estos activos como «valor refugio» a los que se puede sacar provecho mediante su alquiler, gracias a las ventajas fiscales que implican la adquisición de un inmueble, o llevando a cabo su venta una vez se haya revalorizado en el mercado pasados los años. De este modo son en su mayoría empresas o compañías los que optan por la inversión inmobiliaria como un seguro a corto.