Las rebajas en el precio de la vivienda que se están sucediendo a lo largo de estos últimos años ha provocado que las empresas vuelvan a invertir en propiedades, a fin de obtener futuras retribuciones y como una forma de asegurar el capital.

A pesar de que las compra de propiedades como primera residencia se ha reducido considerablemente, dadas las dificultades de acceso a los préstamos hipotecarios motivadas por la inestabilidad laboral del panorama nacional. Cabe destacar la existencia de algunos sectores que confían en la adquisición de estos activos como «valor refugio» a los que se puede sacar provecho mediante su alquiler, gracias a las ventajas fiscales que implican la adquisición de un inmueble, o llevando a cabo su venta una vez se haya revalorizado en el mercado pasados los años. De este modo son en su mayoría empresas o compañías los que optan por la inversión inmobiliaria como un seguro a corto.

Viviendas para empresas

Asimismo se ha disparado la compra de viviendas por empresas durante la crisis, constituyendo el 22% de las operaciones que se llevaron a cabo el pasado año, una cifra importante si lo comparamos con el 5,11% de 2007, es decir, en el periodo previo a la crisis inmobiliaria. En contraposición en el caso de las compras realizadas por personas físicas pasaron de un 95% de 2007 al 78% de 2013. Puede observarse como esos 17 puntos que se reducen en el caso de los particulares constituyen el incremento en las compras por sociedades, lo que supone un cambio en el perfil del adquirente. Además también se observa un progresivo aumento del peso en las operaciones de inversión extranjera.
Las Comunidades Autónomas en las que las empresas tienen un mayor peso son Canarias, La Rioja y Cataluña, mientras que es en Extremadura, Cantabria y El País Vasco donde el protagonismo de los particulares es más elevado.