Estamos viviendo tiempos complicados: el pesimismo inunda las calles y nos sume en un estado de miedo y parálisis, consecuencia principalmente de la turbulenta situación económica que sufre la vieja Europa, y por qué no decirlo, de la desafortunada interpretación de la situación actual que hacen los medios de comunicación, en clave apocalíptica.
Y es que únicamente escuchamos noticias sobre el mal comportamiento de la prima de riesgo, el poco halagüeño futuro que nos auguran diversos organismos internacionales o la cantidad de empresas que están cerrando ¿es esta la única realidad? En mi opinión no. De hecho, este panorama está induciendo en buena parte de la población un estado de melancolía y estupor que anula su iniciativa y hace que todo lo acontecido en sus vidas sea interpretado en clave negativa… y el emprendimiento no es una excepción.
La tremenda contracción del crédito y la disminución del consumo son sin duda dos malas noticias para los futuros emprendedores, que habitualmente únicamente valoran estos puntos a la hora de emprender, y por tanto consideran que estamos viviendo la peor época del emprendimiento de la historia… lo que en mi opinión no es cierto.
Si, es un momento complicado que hace que el inicio de cualquier aventura empresarial sea más difícil, sobre todo desde un punto de vista del capital inicial… pero también es un momento extraordinario para iniciar un negocio, una auténtica época dorada del emprendimiento.
¿UNA ÉPOCA DORADA DEL EMPRENDIMIENTO?
Si lo pensamos un poco, para quien realmente es extremadamente agresiva la situación actual es para las empresas consolidadas, especialmente si son Pymes, que están viviendo su particular purgatorio, consecuencia en muchas ocasiones de haber dejado de lado aspectos clave tales como la innovación o el pensamiento a largo plazo, y haberse focalizado solo endespachar (ni siquiera vender). Pero eso son buenas noticias para los emprendedores, y creo que existen motivos sobrados para considerar esta como una de las mejores épocas para emprender de la historia:
- Los consumidores han dejado de estar sometidos a las grandes marcas.
- Resulta mucho más barato empezar.
- Tu seguridad laborar no es ya una barrera.
- No tienes una “mochila” o herencia que gestionar.
- Nunca ha habido tanta información.
Todo esto hace que, aunque efectivamente es muy complicado asegurar una financiación mínima para empezar (que en mi experiencia realmente es mucho más pequeña de lo que crees, sobre todo si adoptas una filosofía “lean”), lo cierto es que es un buen momento para lanzar una nueva aventura empresarial. Además, tus requisitos de negocio al principio no van a ser muy altos, dado que durante la primera etapa tu objetivo es validar el modelo de negocio y su viabilidad… lo que supone que cuando realmente ya estés preparado para crecer posiblementela situación económica habrá mejorado (y si no lo ha hecho, tu empresa estará en una envidiable situación competitiva).
De hecho, compañías tan emblemáticas como Apple o Microsoft nacieron con una filosofía absolutamente ligera y en una coyuntura de crisis económica importante, y a pesar de ello consiguieron desafiar al status quo de la época y convertirse en los referentes que son ahora… y todo ello sin contratar unas caras oficinas al principio o personal de apoyo. La aventura será larga y complicada, pero sin duda valdrá la pena.
Fuente: http://javiermegias.com