Para los áticos no hay crisis que valga. Hay que pagar por ellos entre un 20% y un 40% más que por cualquier otro piso de idéntica superficie en el mismo edificio. Se pagan las vistas, la privacidad y la superficie. Si el precio estuviera muy por encima de estos porcentajes difícilmente se encontrarían demandantes y, si se vendiera por debajo, es más que probable que ni siquiera llegara a salir al mercado

Esta diferencia se justifica por la escasez de oferta, que no cubre la presencia de una demanda dispuesta a comprar el piso más alto de cualquier edificio.

Esta sed de áticos no es nueva. Ya se daba con entusiasmo durante los años de la fiesta inmobiliaria y eso que su precio en cualquier promoción no bajaba de 700.000 euros. Su papel en la cuenta de resultados de las promotoras siempre ha sido esencial, puesto que a pesar de tener un coste de construcción similar al de cualquier piso, su precio ha sido y será mucho más alto. Muchos ni siquiera llegaban a salir a la venta, ya que se los quedaban los promotores o arquitectos del proyecto.

Átiquísimo

Estas viviendas se vendían rápido, se despachaban, aunque fueran las más caras con diferencia. Los clientes sabían que comprar un ático sobre plano era un seguro de vida. La revalorización durante el periodo de construcción y comercialización estaba garantizada. Y los que no vendieron, lo están rentabilizando hoy por la vía del alquiler.

Ese precio depende de la orientación, la superficie, los metros de terraza y el número de plantas. Lo que ha sucedido con estos pisos deja claro que cuanto más alto, más caro. Quién lo iba a imaginar cuando antaño eran las casas destinadas al servicio y al trastero.

Ahora sus pretendientes pagan por no tener vecinos en la planta alta que molesten, las vistas, las terrazas y el escaso ruido del tráfico. Además, vivir en el ático te proporciona un estatus que no te lo ofrece la vivienda tipo, indica Morillo.

Como en el resto de tipologías, sus precios han bajado, aunque el azote ha sido más llevadero. Aun siendo las viviendas más deseadas, los áticos de lujo han sufrido un ajuste del 15%, bastante menos que otras tipologías que han bajado hasta un 40%. Aunque no todos estos pisos son sinónimo de gama alta.

Si el coste es realista, un ático se puede vender en días. La demanda sigue en auge, pero está desechando los precios desorbitados. En segunda mano hay algunos precios altísimos y fuera de mercado, sobre todo si el cliente compró entre 2004 y 2007 y ahora quiere vender.

El producto más solicitado, pero que más escasea, es la obra nueva. Con la reactivación de las promociones hay algo más de oferta en Madrid, Barcelona y Zaragoza, así como en zonas de la Costa del Sol y Valencia. Pero poca: los anuncios de áticos en España son mayoritariamente de segunda mano y solo un 2,3% son a estrenar.

Estos pisos situados en la cima del edificio son buscados por clientes de reposición, que quieren cambiar a una vivienda mejor. Es el sustituto del chalé para gente que no quiere escaleras, pero sí un espacio al aire libre en la ciudad. El perfil del comprador depende de la tipología. Si tiene uno o dos dormitorios está destinado a inversores que luego alquilarán a solteros o matrimonios maduros con hijos emancipados. Si dispone de tres o cuatro dormitorios, los adquirirán matrimonios de 40 a 55 años con hijos sin emancipar. Suelen tener un perfil profesional cualificado: profesionales liberales, empresarios o inversores.

Fuente: El País

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