Las nefastas consecuencias que para la economía mundial, en general, y para algunos países como España, en particular, ha tenido el dejar hacer en el mercado inmobiliario, van a tratar de ser atajadas por parte de algunos organismos internacionales, con el objetivo de que no vuelvan a producirse. Al menos, no con la virulencia que lo han hecho durante la crisis que todavía, en mayor o menor medida, se sigue padeciendo.

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Con esa intención, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha puesto en marcha el Global Housing Watch, una especie de herramienta que sirva para contar con información actualizada de las tendencias que se registran en todos los países. Se trata de que, al menor indicio, salten las alarmas y los responsables políticos puedan actuar de manera inmediata, sin esperar a que la situación se empeore, e incluso pueda llegar a ser irrevrsible.

«Los tiempos de negligencia benigna hacia el boom inmobiliario han terminado. Solo hablando de una forma abierta sobre este tema acabaremos entendiendo cómo las políticas puede contener los boom inmobiliarios», ha dicho Min Zhu, subdirector gerente de organismo presidido por Christine Lagarde.

El observatorio del FMI quiere convertirse así en un medio ágil y capaz de recopilar datos a nivel nacional sobre tendencias del sector inmobiliario, que permitirán una mayor transparencia trasfronteriza y comparativa. En la web se podrá consultar el Global House Price Index para ver la evolución de los precios en varios países; en cuáles los precios han subido en el último año y en cuáles no, o cuánto de asequible es una casa comparando ingresos y momento, esta herramienta, que acaba de lanzarse, es solo una primera iniciativa para, a medio plazo, contar con más productos.

Desde el FMI se han desarrollado algunas herramientas para ayudar a los países en los que los datos detectados puedan resultar críticos. En este sentido, a través de un control prudencial inicial se trataría de ver la exposición inmobiliaria en el balance de los bancos para evitar que lo que es bueno para una entidad sea perjudicial para el conjunto del sector si todos se adentran en la misma estrategia.

A partir de ahí, cabría entrar en regulaciones de mayor calado, con medidas sobre la cantidad que los consumidores pueden pedir prestado respecto a sus ingresos, para acabar con actuaciones de política monetaria para elevar los tipos de interés buscando enfriar el mercado inmobiliario.