A lo largo del proceso de vida de una empresa, un emprendedor debe tomar multitud de decisiones, que serán más o menos decisivas para la buena marcha de su negocio.
Se trata de una de las mayores ventajas de emprender un negocio: llevar el control de tu vida profesional y tomar las decisiones empresariales. Decisiones de las que serás tú el responsable, pero que, al fin y al cabo, siempre será tuya la última palabra.
Por desgracia, esta autonomía también irá acompañada de algunos aspectos negativos que conlleva la gran responsabilidad de gestionar un negocio. La toma de decisiones no va a ser un camino fácil, algunas serán verdaderamente duras y estresantes, algunas respuestas vendrán a ti de forma natural y para otras será necesario estar preparado.
Desde Adaix te mostramos estas cinco decisiones inevitables en la mayoría de los casos, y qué deberás afrontar antes o después como emprendedor:
1. Abandonar tu empleo. La decisión de iniciar un negocio supone en la mayoría de los casos tener que dejar el trabajo actual, y de ahí que se trate de una determinación muy importante. Todas las empresas comienzan con una idea, que más tarde se convierte normalmente en un plan de negocio o por lo menos en un proyecto que plasme el desarrollo de esa inspiración inicial. A partir de ahí, tendrás que considerar detenidamente la viabilidad de dicho negocio, así como valorar los sacrificios que serán necesarios una vez que se ponga en marcha.
Por lo tanto, ya sea por tener que dejar el trabajo, que echar mano de tus ahorros o bien buscar ayuda de familiares y amigos, es evidente que se trata de una decisión valiente y díficil, que te va a suponer esfuerzos y renuncias, siendo la primera de ellas comunicar a tu jefe que abandonas tu trabajo actual.
2. La financiación del negocio. Una vez tomada la decisión, para poder seguir adelante con tu proyecto vas a necesitar contar con cierta cantidad de dinero. Son muchas y muy variadas las opciones para financiar un negocio, y todas tienen sus ventajas y desventajas, que deberán ser consideradas. Se trata de otra decisión difícil y especialmente determinante, pues de ella va a depender tu éxito potencial.
Así pues, asumir por tí mismo la financiación de tu negocio te proporcionará una autonomía total, y, sin embargo, también podría llevarte a serias dificultades financieras.
3. Decidir a quién contratar y cuándo. Como propietario de tu empresa, serás tu quien tome las decisiones y marque la estrategia empresarial, pero va a ser el equipo de trabajo que logres formar el que llevará a cabo en última instancia las directrices a seguir y el que hará que el negocio funcione. Elegir las personar adecuadas para ser miembros de ese equipo implica una serie de decisiones bastante difíciles, y tenfrás que estar preparado para ello.
Entre otros aspectos, deberás evaluar cuidadosamente a cada candidato en términos de talento, experiencia, gasto, y quizás lo más importante que se ajuste a la cultura empresarial. Sin una sólida cultura de empresa que lleve a los trabajadores a operar como una piña, incluso tú podrías terminar renunciando a cualquier idea de trabajo en equipo. Por otro lado, también deberás estar preparado para la difícil decisión de despedir a un empleado, en caso de que la conexión con la empresa no sea la que esperabas.
4. Decidir cuándo y cómo expandirte. La idea de expandir un negocio suele atraer bastante, sea cual sea la empresa, pero también podría colocarla en una situación extremadamente vulnerable. Una expansión demasiado rápida o demasiado pronto supondría tanta presión sobre los recursos que podría hacer insostenible el negocio. Por otro lado, una expansión lenta o con retraso puede impedir que una empresa sea escalable, y limitar la cantidad de ingresos potenciales.
Encontrar el equilibrio perfecto dependerá de tu labor como emprededor, y deberás poner especial atención en el crecimiento de tu empresa a lo largo del tiempo si deseas tener posibilidades de escalar con éxito.
5. Averiguar cuándo y cómo dar salida. Todo principio tiene un final, y con el tiempo, tendrás que buscar una estrategia de salida para tu negocio. Para algunos empresarios, esot se traduce en la venda del negocio. Otros, deciden traspasar la empresa en herencia a algún miembro de la familia. Desgraciadamente, también hay propietarios que deben enfrentarse al cierre o quiebra de su negocio, y por último, se encuentran aquellos empresarios que logran retirarse con millones de euros.
Determinar el momento adecuado y el camino correcto para dar salida a tu empresa será tu última decisión empresarial, y podría ser la que mayor impacto tenga sobre tu futuro y a más largo plazo.
La toma de decisiones no será fácil, pero una vez que te diecidas por una opción, lo mejor es no volver la vista atrás. Tu objetivo deberá ser la decisión con mayor fundamento y que te inspire mayor confianza, siendo consciente y asumiendo la posibilidad de que algunas de esas decisiones no vayan a funcionar en la manera que tu pensabas que lo harían.
Siempre y cuando hayas realizado la investigación requerida y dedicado suficiente tiempo a sopesar todas las opciones, no tiene por qué haber ninguna razón para lamentar las decisiones tomadas como emprendedor. Disfruta de tus momentos de éxito, y afronta tus fracasos como una experiencia de aprendizaje.