Sangre, sudor, el apoyo de algún familiar o amigo… y algún crédito quizás. Ha costado, pero lo has conseguido. Ya tienes el dinero para montar esa franquicia con la que buscas un horizonte emprendedor.
Pero has de saber que la historia no finaliza aquí, que, al margen de la inversión inicial, tienes que poseer recursos financieros con los que afrontar el día a día, hasta alcanzar el punto de equilibrio.
Los métodos difieren, pero todos ellos convergen en un mismo objetivo: asegurar una previsión de tesorería o fondo de maniobra adecuados para desarrollar la actividad con garantías. Si la central –que en teoría ha de compartir su saber hacer, experiencia y conocimientos- no tiene bien definido este apartado o le resta importancia, desconfiad. Por eso, en Adaix os facilitamos toda la información desde el minuto uno y os proponemos un plan de negocio tipo para que tengáis una idea clara de los gastos iniciales y los potenciales beneficios del primer año.
Diversos fondos de maniobra, idénticos objetivos
Calcular el fondo de maniobra (working capital), en términos financieros, no es otra cosa que definir los recursos que precisamos para la actividad cotidiana (dinero en caja, cuentas de crédito, líneas de descuento, etc.). Si a ello añadimos el concepto tiempo (primeros meses de actividad), el franquiciado debe poseer, como mínimo, el 30% de la inversión en recursos propios.
Un fondo de maniobra modelo suele cubrir unos tres meses de actividad, para que el asociado tenga un margen, hasta que el negocio empiece a rodar. El cálculo se realiza pensando en el cash necesario para soportar un EBITDA negativo del 15% sobre la facturación establecida en el plan de negocio. Traducimos la fórmula, a continuación, con un ejemplo práctico:
Si la facturación fuera de unos 40.000 euros mensuales, el 15% equivaldría a 6.000 euros que, multiplicado por tres meses, daría como resultado los 18.000 euros de fondo de maniobra.
Los principales gastos de, por ejemplo, un restaurante, son la renta, el coste de personal y el de las materias prima. En este escenario, si nuestro franquiciado dispusiera de un fondo que representase el 50% de esos gastos de forma mensual y constante, lo consideraríamos suficiente. Según avanzase el negocio, el fondo no sería tan necesario, pero siempre debería existir ese colchón de seguridad.
¿Qué se necesita para abrir una franquicia? Aspectos a tener en cuenta para calcularlo
El arranque de la franquicia exige poseer una capacidad financiera. En este sentido, el fondo vendrá determinado por los pagos que deban realizarse durante la temporada, como, por ejemplo, la compra de los posibles pedidos.
También es interesante elaborar una previsión de la cuenta mensual de resultados, lo que nos dará una estimación de cómo evolucionamos mes a mes. Éste es el primer indicador para conocer la necesidad de fondos adicionales a los propios que se obtienen del negocio. Además, hay que valorar aquellos pagos que no son propios de la actividad, como las liquidaciones de impuestos, algún pago aplazado correspondiente a la fase inicial de la puesta en marcha del proyecto u otro que no sea específico de la actividad ordinaria.
¿Qué se necesita para abrir una franquicia? Cada franquicia, un mundo
La actividad y sus característica particulares son vitales para hacer los cálculos oportunos. No es lo mismo un bar, donde se cobra al contado, que una firma especializada en servicios a empresas, donde los pagos son diferidos. Algunos sectores presentan la particularidad de que, al principio, la captación de usuarios es lenta, salvo que tengas clientes de cartera. Hasta el séptimo mes no alcanzas el punto de equilibrio, precisando una cantidad determinada, variable en función del negocio, para cubrir los costes fijos durante ese periodo.
Sin embargo, la presión financiera quizás se alivie al integrarte en una cadena donde la central dotará de solidez y reconocimiento a tu franquicia desde el minuto cero, frente a proveedores y clientes.
Fuente: Emprendedores
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