Los indicadores del mercado de la vivienda salen de los mínimos y las agencias inmobiliarias están en el punto de mira. Ha sido una regeneración desde la base, y no son pocos los que se han quedado en el camino. Tras sufrir unos años realmente duros, los expertos en intermediación que atienden al cliente a pie de calle vuelven a situarse como el mejor recurso para cerrar una operación con todas las garantías.
La consolidación y el prestigio no son atributos que se ganen de la noche a la mañana. Detrás de la permanencia de las agencias hay toda una filosofía de trabajo. Algunas de las claves en las que nos hemos apoyado en Adaix para lograr un crecimiento sostenido son la atención al cliente, la apuesta por la innovación informática y la solución de problemas.
En el mercado inmobiliario, las franquicias tienen una clara ventaja, ya que son capaces de desarrollar una política de operaciones compartidas que favorece la colaboración de las oficinas para aportar el mejor producto posible al comprador. A todos estos valores, se les unen muchos más, como un gran volumen de la oferta, los servicios complementarios, la implantación de modelos de negocio novedosos, etc.
Un cliente inconformista, informado y prudente
La intención de compra está en plena efervescencia. Las oficinas vuelven a recibir multitud de llamadas y visitas diarias de personas interesadas. Uno de los mayores desafíos ha sido la transformación que ha experimentado la demanda. Los compradores comienzan a ser conscientes de su nueva situación, que no es la misma que la de los años más duros de la crisis. El oportunista ha quedado fuera de juego. El propietario del mañana tiene claro lo que busca, no da el visto bueno hasta que no revisa todo y exige ser tratado con diligencia.
En todos los casos se busca que los precios estén ajustados al mercado actual y que exista un claro retorno de la inversión. Por otro lado, la actitud ante el compromiso que implica el pago de una hipoteca ha cambiado, dando alas al alquiler. Muchos inquilinos son personas con trabajo, que incluso podrían optar a financiación, pero que observan el futuro con incertidumbre y deciden no dar un paso tan importante.
Actualmente, hay movimiento entre las personas que buscan una vivienda económica, en torno a los 150.000 euros, tanto como inversión como para vivir y que afrontan esta inversión prácticamente sin financiación externa. En el otro extremo están los puramente inversionistas.
El agente inmobiliario de la nueva era
En este renovado contexto, las agencias contribuyen al impulso laboral que tanto necesita el país. El profesional postcrisis aparece como la pieza central del puzzle actual de la compraventa. Ahora es el momento idóneo para empezar una carrera dentro del sector inmobiliario.
Para alcanzar la excelencia en la profesión, el agente deberá tener una gran disposición a formarse en todas las materias, dado que cada vez los clientes exigirán una mayor profesionalidad. Para ello, son vitales la seriedad profesional y la voluntad de satisfacer las necesidades del cliente, así como un espíritu emprendedor, autodisciplina, autoconfianza y ambición. Solo conociendo al detalle el sector en el que se opera se lograrán superar con creces todas las expectativas.
Fuente: Pisos.com
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