Conocer cuáles son los mejores suelos, ventanas o persianas ayuda a preparar la vivienda para estas fechas. El certificado de eficiencia energética es la herramienta más idónea para conocer cuánto consume una vivienda y qué se puede mejorar en ella. Desde el Colegio de Aparejadores de Madrid ofrecen un listado de consejos que se pueden poner en práctica en verano.

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Mejorar la eficiencia de las ventanas: Las ventanas son los elementos de la vivienda que más pérdidas energéticas tienen, ya que un m2 de hueco pierde cinco veces más energía que la misma superficie de cerramiento. Los dobles acristalamientos retienen el frio y evitan que el calor se introduzca. Otro detalle importante es comprobar el aislamiento que proporcionan las ventanas y su estado. Basta con acercarse y si se siente pasar viento entre los cierres quizás sea el momento de cambiarlas.

Poner vidrios coloreados o translúcidos: Existen vidrios tintados para ventanas que absorben una buena parte de la radiación solar que incide sobre ellos. Este tipo de cristales son ideales para instalarlos en viviendas situadas en zonas de climas cálidos además de en edificios susceptibles de sobrecalentarse.

Aislar las puertas: Las puertas ejercen de aislantes entre diferentes habitaciones de la vivienda y hacia el exterior. Su rendimiento mejora de forma notable si ajustas su cierre a través de burletes: unas tiras flexibles de material aislante que son bastante económicas y dan buenos resultados. Es importante que la puerta principal de la vivienda tenga propiedades aislantes, especialmente si da directamente al exterior, así como aquellas puertas de patios y terrazas.

Colocar protecciones solares: Una protección solar es cualquier dispositivo fijo o móvil que impide total o parcialmente el paso de la radiación solar al interior de una habitación. Es decir, persianas, estores, postigos, pantallas, parasoles, toldos y voladizos, entre otros. Su misión es reducir la demanda de energía en superficies vidriadas para limitar la demanda de refrigeración en condiciones climáticas de verano. El soleamiento es a su vez una forma de aportar calor y reducir la demanda de calefacción en invierno, de esta forma un protector solar de buen diseño puede ayudar en este aspecto.

Mejorar las prestaciones de la terraza o balcón: Una de las opciones es poner plantas. Si se riegan a menudo, el agua, al evaporarse, hace bajar la temperatura ambiente. Utilizar especies adaptadas a la climatología de la zona permitirá no consumir agua en exceso. Las plantas con flores transpiran más por sus hojas que las que no las tienen. Y las enredaderas también dan muy buen resultado porque crean una capa de vegetación en la fachada que funciona como un aislante natural.

¿Instalar un sistema de refrigeración, o no? El consumo en refrigeración de un hogar medio puede suponer hasta un 40 % del consumo energético de la vivienda. Esto conlleva un gasto en la factura eléctrica, ya que la mayoría de los equipos de refrigeración son eléctricos. También hay que tener en cuenta las características de una vivienda a la hora de instalar un sistema de refrigeración de cualquier tipo, así como el coste para poder obtener un retorno de la inversión en un tiempo prudencial. Un equipo más eficiente quizás sea un poco más caro pero si el ahorro energético compensa la inversión en un poco tiempo, será una opción muy a tener en cuenta.

Mantener la temperatura de los suelos, fachadas y cubierta: Los suelos, fachadas y cubierta son una fuente de pérdida energética, como los suelos que se encuentran en contacto con el terreno, con el exterior o con locales sin calefacción, como garajes o almacenes. Si una vivienda se encuentra en uno de estos casos, hay que vigilar el aislamiento de los mismos. El mercado ofrece sistemas de todo tipo, como por ejemplo una variedad llamada suelo seco que incorpora un aislamiento térmico en sus placas y reduce considerablemente las pérdidas energéticas.

Cómo es una vivienda según la orientación y la zona climática:Los consumos de una vivienda pueden llegar a depender de su orientación y desde luego de la zona climática en la que se encuentre. En general, las viviendas con orientación sur tienen luz solar prácticamente todo el día durante todas las estaciones, especialmente en verano. Las que dan al norte son más frías y la luz solar sólo les da a primera hora y a última en verano. Las casas orientadas al este reciben sol todo el año desde el amanecer a mediodía. Y las orientadas al oeste reciben la luz en las horas que restan, del mediodía al atardecer. Son las que, en principio, mayor coste energético tienen en verano puesto que el gasto en aire acondicionado tiende a ser mayor. El Código Técnico de la edificación establece las zonas climáticas españolas para tener en cuenta a la hora de realizar reformas para mejorar la eficiencia energética de una vivienda. Se identifica cada zona climática (16 en total) mediante una letra, correspondiente a la severidad climática de invierno, y un número, correspondiente a la severidad climática de verano.

Producir energía propia: Mediante la instalación de paneles solares que contribuyan a la producción de agua caliente sanitaria con energía renovable, se puede ahorrar en consumo energético al no tener que usar otras fuentes energéticas no renovables. En principio cualquier instalación de agua sanitaria es susceptible de este cambio. Hay que instalar una serie de colectores solares y de sistemas de transporte de energía, por lo que las limitaciones a esta propuesta son las que se derivan de la disponibilidad de espacio, soleamiento y capacidad resistente de los emplazamientos.

Reducir la potencia de los sistemas de iluminación: Se trata de disminuir el consumo de iluminación mediante la reducción de la potencia de los sistemas de iluminación, si bien previamente habría que hacer un análisis técnico de inversión y ahorro. Consiste en sustituir las bombillas de baja eficiencia energética. Las mayores limitaciones radican en las posibilidades de remodelación de la red de luminarias existente.

Fuente: Elmundo.es