El primer trimestre del año trajo consigo una reducción del 6,3% en el precio de la vivienda nueva y usada, con respecto al mismo periodo de 2013, situándose el metro cuadrado en 1270 euros. Asimismo estaríamos hablando de una bajada del 47,1% respecto a los valores previos a la crisis que se situaron en un máximo de 2400€/m2 en 2007.

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Las mayores caídas por ciudades se han sufrido en Zaragoza y Bilbao con bajadas de 14,5% y del 14,1% respectivamente, mientras que las viviendas de Sevilla y Barcelona fueron las únicas en las que subió el precio en un 3,4% y 0,5%.

En el caso de la capital ha habido una depreciación generalizada de los inmuebles, tanto nuevos como usados con una caída del 6,2% (interanual) entre enero y marzo. En otras ciudades como Málaga, Valencia o La Coruña hablaríamos de una caída en torno al 7,5%. En general se observa una caída más moderada, pero que cobra una mayor importancia en las viviendas de calidad baja que en las de mejor calidad.

Respecto a las comunidades autónomas han sido Canarias y la Comunidad Valenciana donde encontramos el mayor descenso en el precio medio de la vivienda con bajadas en torno al 10%, eso sí seguidas de cerca por Aragón, la Rioja y Andalucía. En el otro extremo nos encontramos con Cantabria, Navarra y Galicia con  las caídas menos acusadas.
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Existen varios factores que afectan al sector inmobiliario entre los que destancan los siguientes:
  • Elevado desempleo
  • Reducción progresiva de los ingresos familiares
  • Limitaciones en el acceso a la financiación
  • Eliminación de beneficios fiscales por la compra de vivienda

Por otro lado, los datos nos confirman que se está produciendo una moderación en la caída de los precios y por lo tanto alcanzando cierta estabilización que permitirá una reactivación del consumo y una mejora en la evolución del sector inmobiliario.

Desde Adaix confiamos en una evolución que ya es apreciable en nuestros propios establecimientos donde la afluencia de personal parece ser cada vez mayor, de este modo aconsejamos no tomar los datos como aspectos desmoralizantes de un proyecto de vida, sino convirtiéndonos en parte activa de una recuperación que nos afecta a todos